Antonio García Sancho-AGS/Photoart
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La publicidad es, probablemente, una de las especialidades más versátiles para el fotógrafo y, a su vez, de las más exigentes. El fotógrafo debe tener un amplio dominio de las técnicas tanto de iluminación como de composición de la imagen. Además, debe manejar con solvencia los programas de edición y tener cualidades personales más allá de los conocimientos técnicos, como empatía, espíritu de equipo, capacidad de resolución de problemas, etc, porque probablemente, no trabajará solo, sino que deberá rodearse de un equipo eficiente que produzca las sesiones fotográficas y cooperar con los directores de márketing y publicidad que la empresa designe
En la fotografía de publicidad, el producto es la estrella y todos los elementos de la imagen deben confabularse para crear un solo mensaje que imprima sensaciones en quien la ve. Sorpresa, belleza, armonía, elegancia... Suelen ser mensajes que, sin palabras, la imagen debe transmitir sin paliativos. Pero también se emplean conceptos más negativos, como repulsión, shock, desagrado, miedo, aprehensión, etc. Sensaciones negativas que, en este caso, buscan llamar la atención sobre la marca o el producto y diferenciarlo de los demás.
Sólo una actitud profesional y un profundo conocimiento de la comunicación por parte del fotógrafo proporcionará un resultado a plena satisfacción del cliente